Ensayos: "Etica para Amador"

Introducción

Este libro el autor lo escribe para su hijo, durante todo el libro le habla a él. Lo que busca con él es que sepamos encaminar nuestra forma de actuar, para que aprendamos a pensar con coherencia y a tomar buenas decisiones para lograr lo que realmente queremos en la vida. Ya advierte desde el principio que no se trata de un manual de ética o filosofía sino un libro escrito para los adolescentes, para que aprendamos a pensar con libertad.
El cierto humor que le pone al escribir, a veces irónico hace que esas veces que resulta pesado no dejes de leerlo, pues contrarresta lo uno con lo otro. Es cierto que hay trozos que son tediosos, en los que tienes que releer para enterarte bien de lo que dice, y alguno que resulta aburrido, pero también hay otros bastante divertidos.

Síntesis por capítulos:

Capítulo 1: De que va la ética
Existen muchas cosas que uno por voluntad las puede aprender o no, es decir finalmente va en uno mismo si las desea o no aprender, sin embargo, hay muchas otras que simplemente deben saberse y aprenderse ya que en éstas mismas gira nuestra propia vida.
Y entre todos los saberes que existen hay uno que es imprescindible que es el que ciertas cosas nos convienen y otras no, y dentro de las que nos convienen se le suele llamar bueno y las que no se les llama malo, no obstante depende como uno las mire pueden ser buenas en unos aspectos pero a la vez malas en otros y donde se manifiesta más aun esta situación es en las relaciones humanas.
A raíz de lo anterior por ello se podría afirmar que en primera instancia todos nosotros estamos de acuerdo en que precisamente no estamos de acuerdo con todos, por eso que lo que finalmente resulte de nuestra vida va a ser simplemente lo que quiera cada cual o en otras palabras se reflejará la LIBERTAD. Aunque ya nuestro organismo venga de alguna manera programado para ciertas cosas, los humanos podremos optar por algo ya sea con un “sí” o un “no”.
Con respecto a la libertad hay ciertas cosas que se deben aclarar como que nosotros no somos libres de elegir lo que nos pasa sino de responder a lo que nos pasa, y también que el hecho de ser libres no significa que seamos omnipotentes.
Al tener la capacidad de elegir, también podemos equivocarnos.
A todo este saber vivir es lo que se llama ética.

Capítulo 2: Ordenes, costumbres y caprichos
Siguiendo con la tesis expuesta en el capítulo anterior, ya queda claro que existen cosas que nos convienen para vivir y otras que no lo son, pero lo que no está claro aun es cuales son las cosas que nos convienen.
Al elegir nuestros propios actos en cierto modo estamos actuando de acuerdo a nuestras preferencias, preferimos hacer tal cosa y otra no; y al realizarlos, actuamos de manera casi automática y no nos detenemos a pensar en este asunto, en otras palabras no nos respondemos a la siguiente pregunta ¿ por qué he hecho lo que hice?, en el fondo no nos respondemos al motivo que nos lleva a actuar de una determinada manera.
Existen tres diferentes motivos por lo cuales llevamos a cabo una determinada acción, unos son las órdenes aquellos que se te mandan a actuar así, otras son las costumbres las cuales son acciones que se repiten de acuerdo a como se comporta tu alrededor, y por último están los caprichos en donde actúas porque simplemente se te da la gana actuar así.
De acuerdo al peso que tenga cada uno de estos motivos es como se guiaran los actos humanos, pero al parecer se aprecia que las órdenes y las costumbres tuviesen algo en común que es como que se ve que fueran impuestas de algún modo externamente a las personas, en cambio el capricho es propio de cada quien, es interno.
A pesar de que hay ciertas cosas impuestas, habrán ocasiones en que se verán dificultades y deberemos crear de algún modo una manera de actuar, deteniéndonos por un instante a pensar en lo que haremos, es decir elegir lo más conveniente de forma racional.

Capítulo 3: Haz lo que quieras
Siguiendo con lo planteado en el capítulo anterior, se actúa de acuerdo a las motivaciones que nos guíen en un momento, pero hay veces que cuando nos tomamos en serio lo que vamos a hacer nos ponemos a pensar y dejamos esas motivaciones a un lado, es decir, ya no tienen el mismo peso de un principio, y volvemos al punto de inicio, elegimos lo que nos conviene, decidimos que hacer y eso es la libertad, pero ésta también involucra no solo la acción sino que el darse cuenta de lo que se hace.
Cuando decides por primera vez realmente a pensar la motivación de tu acción, comienza la reflexión y por consiguiente preguntas como ¿por qué hago esto?, y si fue motivado por una orden, después entramos a una segunda reflexión “al saber que es una orden pero… ¿por qué obedezco?; lo mismo si me guío por las costumbres, al reflexionar sobre aquello nos preguntamos ¿por qué tengo que hacer lo que los demás hacen?; y lo mismo sucede con los caprichos. Luego de analizar nuestras propias respuestas llegamos a la conclusión de que hay motivos necesarios para poder actuar de una determinada forma, otros que son los más aconsejables, y otros en cambio que simplemente no lo son por lo que una acción determinada por alguno de estos motivos no significa que siempre nos lleven a una buena acción, por lo que en la vida seremos nosotros mismos con esa capacidad que solo poseemos como seres humanos de elegir lo que haremos. Es en todo esto donde entra en juego la moral, y la ética, en donde entenderemos como moral al conjuntos de comportamientos que nosotros mismos aceptaremos como correctos y para ello nos basaremos en la ética en donde reflexionaremos por qué lo consideramos válidos, y quedará en nosotros como hombres libres la responsabilidad de elegir sobre nuestros actos y como todos somos individuales y opinamos diferente al resto se hace difícil calificar a un ser humano como “bueno” o como “malo” ya que todo va a depender desde el punto de vista con que lo mire cada persona y si quisiéramos de algún modo saber quien es bueno y quien no, tendríamos que partir identificando las intenciones que mueven a cada persona a actuar de un determinado modo.

Capítulo 4: Date la buena vida
Como se ha venido diciendo desde los otros capítulos cada uno es responsable de sus actos por lo que las explicaciones de lo que hacemos debemos dárnoslas a nosotros mismos. Todos nuestros actos tienen un sentido, no los realizamos simplemente porque haya que hacerlos sino que lo hacemos para vivir bien, pasar el tiempo viviendo bien. Cabe recalcar que al “hacer lo que queramos” como se planteó en el capitulo anterior no significa hacer lo primero que se nos venga a la cabeza ya que muchas veces puede resultar lo contrario que queríamos.
Este mismo hecho que tenemos de poder optar por ciertas cosas y otras no, es lo que produce en nosotros mismos un conflicto al no saber que poner en primer y lugar, luego en segundo y así sucesivamente, en el fondo lo que se desea a primeras y lo que realmente se quiere a la larga. Si bien todos queremos muchas cosas a la vez y algunas veces se ponen en contradicción unas con otras, en el fondo lo que todos deseamos es poder disfrutar nuestra vida, darnos la buena vida, basada en la ética de cada cual con la que intentamos saber como poder vivir mejor. Lo importante es destacar que esta vida es humana y la base para ello es relacionarnos con otros seres humanos, en otras palabras poder darnos una buena vida pero humana y con otros seres humanos, ya que todo lo bueno que podamos vivir en la soledad, al final se amargan sin remedio.
Debemos admitir que si bien nacemos hombres biológicamente, la cultura también nos ayuda a poder hacernos hombres, mediante un elemento indispensable que todas las personas utilizamos, el lenguaje el que heredamos y a la vez aprendemos de los demás, y con solo el hecho de hablarle a otra persona ya lo estamos tratando como persona, sin olvidar que esto es recíproco, es la humanización, lo que finalmente al darnos una buena vida, a la vez damos a los otros buena vida.

Capítulo 5: ¡Despierta baby!
Lo que se viene recalcando desde el capítulo anterior es primero, que todos deseamos vivir una buena vida, pero ésta no se puede disfrutar o más bien vivir si no tenemos interacción con los demás seres humanos; y para ello no solo basta con dirigirles la palabra a simple vista si no que es algo más profundo, es un saber “tratarles como personas” y no como a objetos; para ello debemos primero que todo escuchar a los demás ya sean sus necesidades y sus sentimientos, dejar que de alguna manera se desahoguen con nosotros, y estas capacidad solo la poseemos nosotros, los seres humanos y así mismo vamos realizando el proceso de la humanización (mencionada anteriormente).
Así como a diario convivimos con miles de cosas de las cuales muchas de ellas son agradables para nosotros ya que las hemos conseguido a base de nuestros actos, por más felices que éstas nos puedan hacer jamás nos harán ser seres humanos, ya que esa capacidad solo la poseemos nosotros mismos al momento de interactuar con los demás.
Y que es finalmente a ¿que es lo que se quiere llegar con todo esto?, es simplemente una invitación a la reflexión de lo que hacemos para lograr la buena vida que deseamos acatando todas las complejidades que se presente durante este recorrido, sin olvidar que no es un vivir cualquiera sino un vivir humanamente.

Capítulo 6: Aparece Pepito Grillo
La única obligación que tenemos en esta vida es no ser imbéciles, llamados así a las personas que poseen ciertas características como que le da todo igual, aquellos que quieren todo y a la vez, otros el que no sabe nada y no trabaja para investigarlo, mas bien se dedica a copiar todos los saberse de las personas de su alrededor en otras palabras ninguna iniciativa, hay otros que saben muy bien lo que quieren pero no se molestan en averiguar más allá, desean que las respuestas les llegue al mismo lugar y al final terminan haciendo lo que no querían para de alguna manera escapar del trabajo de buscar lo que deseaban al principio.
Lo que se quiere llegar a decir finalmente es que estas personas necesitan apoyarse de ciertas cosas de fuera que no tiene nada que ver con su libertad y la reflexión que ellos hagan, sin embargo estas personas se fastidian consigo mismas y no pueden vivir su buena vida; en otras palabras si bien poseen libertad y son capaces de reflexionar (como cualquier ser humano), para sus actos se apoyan de las cosas externas, ajenos a ellos como en cierta medida para evadir sus propias responsabilidades de los actos.
Por el contrario existe lo que se llamara conciencia, y si bien esta característica puede estar innata en algunas personas, esta misma puede desarrollarse y afirmarse con la práctica, que en el fondo será a la larga lo más importante; aquellos que actúan bajo esta conciencia viven humanamente, se preocupan de querer realmente lo que quieran, desarrollan un buen gusto moral y lo más importante se hacen responsables de sus propios actos; ahora cuando se habla por ahí de los “remordimientos de conciencia” ¿Por qué surgen estos?, nacen a raíz de los miedos que sentimos ante un castigo ante un actuar mal y cuando nos damos cuenta de ellos comprendemos que allí estamos siendo castigados, y es nuestra propia libertad la que genera tales remordimientos y esta misma las que nos hace sentir culpables de una situación determinada.
Debido a esto también preferimos sentirnos libres en aquellas situaciones en que salimos buen parados y nos olvidamos de la libertad propia y preferimos apoyarnos en lo externo cuando enfrentamos una situación contraria.

Capítulo 7: Ponte en su lugar
Ya se ha venido diciendo desde capítulos anteriores, que lo que hace que la vida tenga la característica de “humana” es simplemente el relacionarse con otros seres humanos y es aquí donde la ética pone su énfasis, se preocupa de ese como vivir bien la vida humana, esa misma que a diarios se da entre otros seres humanos, estableciendo un vínculo de amistad y respeto con los demás.
Y ¿que es lo mejor que podemos obtener de las demás personas?, no se trata de tomar posesión de ellos, sino que de lograr la complicidad y el afecto de más seres libres, en otras palabras seguir ampliando nuestra humanidad.
Sin embargo este tratar a los demás como a personas recae simplemente en un ponerse en el lugar de ella, reconociendo primero que frente a nosotros tenemos a una persona e interiorizándonos en ellas, por un instante ponernos desde el punto de vista del otro.
Ahora este ponerse en el lugar implica por una parte participar activamente dentro de lo que la otra persona siente, goza, llora, desea, etc.; y por otro lado se trata también de tomar en cuenta sus derechos y porque esto, es simplemente porque dentro de este ambiente que se crea con la otra persona al ponernos en su lugar involucra la virtud de justicia lo que en otras palabras es la capacidad que debemos tener de para entender lo que los otros esperan de nosotros, con la finalidad de alcanzar el vivir bien.

Capítulo 8: Tanto gusto
Cuando nos ponemos a hablar de moral y especialmente de inmoralidad, lo primero que se nos viene a la cabeza es que lo relacionamos con el sexo, cosa que no tiene nada que ver ya que si bien las personas pueden utilizar el sexo para la inmoralidad, no significa que el hecho de tener sexo sea algo inmoral ya que ese instante que se crea al momento de una relación sexual, lo que genera es placer un disfrute de ambas personas y no hay nada malo en disfrutar y ahora si este es recíproco y no hace daño a ninguno de los dos mucho menos.
Un punto importante de aclarar con respecto al sexo si bien una de sus funciones importantes es la procreación, sin embargo el sexo no puede basarse solo para eso ya que ahí perderíamos la esencia de ser humano y nos limitaríamos a actuar igual que los animales, por ende entre más lejano este esa mera función del sexo, más humano resulta; ahora porque siempre se quiere relacionar el sexo con la inmoralidad nada más porque sentimos miedo al placer y la razón es porque nos gusta demasiado, pero se ha venido diciendo que en ello no hay nada malo ni menos inmoral, lo importante en esto es vivr los placeres a diario, buscarlos y saber disfrutar la vida con lo que nos rodea; ahora lo malo que puede derivar de esta situación es precisamente cuando se comienza a abusar de estos placeres y te das cuenta que estos placeres en vez de satisfacer la vida(situación que se da cuando usas debidamente el placer) la va empobreciendo y dejas de lado todas las demás cosa y te importa solo ese placer.
Finalmente lo mejor que podemos hacer en la vida es vivr los placeres poniéndolos al servicio de la alegría.

Capítulo 9: Elecciones Generales
Muchas veces cuando se habla de los políticos, lo primero que tienden a realizar las personas es en destacar lo negativo de ellos con frases como por ejemplo “los políticos son todos mentirosos”, “nunca cumplen lo que dicen”, etc., ahora con respecto a la ética se podría pensar que también es una manera de destacar los errores de las personas de acuerdo a sus actos, no obstante, lo único que le interesa a la ética es que al contrario de querer mejorar a los demás, seamos nosotros los que intentemos mejorarnos a nosotros mismos.
Si se analizan más detalladamente estos conceptos, podremos ver que ambos llegan a relacionarse mas de lo que se cree; por una parte pareciera que su finalidad fuese semejante en el sentido de que por un lado la ética busca elegir lo que mas nos conviene para vivir mejor, la política organiza lo mejor posible el convivir social para que las personas puedan elegir lo que más les conviene.
Sin embargo encontramos diferencias importantes entre ambas, a la ética le interesa lo que cada cual hace con su libertad (por ello nuestra cualidad de libre elección), mientras que la política se preocupa de coordinar de la mejor forma lo que el conjunto de personas hacen con su libertad; otro punto es que la ética se preocupa de lo que las personas quieren pero de una manera bien, en cambio a la política solo le interesa el resultado de las acciones independiente de las razones que tengan para hacerlo.
Ahora como se está analizando este tema desde una mirada ética, hay ciertos aspectos as los cuales debe abstenerse la política para que sea beneficiosa, primero como lo importante en la ética parte de que cada persona es libre, la política deberá respetar dichas libertades, asimismo tendrá que considerar los interese de los demás como si fuesen los propios y a su vez los propios como si fuesen los de los demás, esta virtud se llama justicia y sobretodo deberá tener en cuenta que cada persona al ser humano posee dignidad la que no debe pasar por alto por la política ya que esa dignidad la que hace de cada cual único e irrepetible; por último otro aspecto a considerar por la política es que debe garantizar a las personas una asistencia comunitaria para ayudar a los que lo necesitan.


Comentario personal

Tengo que comenzar, que a leer este libro no tenia muchas expectativas pero este libro ha cambiado mi forma de pensar y actuar.
Nunca con anterioridad me planteé si lo que hacia, realmente tenía que ver con apetencias, caprichos, deseos o necesidades.
No me planteaba si mis decisiones eran egoístas, si realmente hacia lo que quería, lo que debía, y si ello era bueno para mí.
Pero después de semejante lío, he llegado a la conclusión de que lo más importante es ser uno mismo, tener mi propia código moral y ético, comportarme y actuar de manera que lo que haga lo considere bueno para mí, siempre que con mis actuaciones no dañe a nadie de alrededor. Porque sé que nunca puedo hacer las cosas por lo que los demás quieran, ya que ellos no son yo, y lo que seria bueno para ellos, no tiene porque serlo para mi.
Creo que lo más importante es respetar a los demás, no imponer lo que a mi me parece, pero sí defender lo que yo creo, sin imponerme a nadie, con respeto.
La libertad, la capacidad de elegir, el libre albedrío, es lo que diferencia al hombre de los animales, pero esa libertad nunca puede estar basada en la anulación de los demás, la muerte, el poco respeto al medio en que vivo, en el terror, la injusticia, la soledad.
Los valores deben ser otros, a transmitir y preservar, la solidaridad, la cooperación, la ayuda
Otra de las ideas que me surgió mientras leía el libro es la referente al pensamiento de los deseos, “No todo lo que deseo es lo que hay que hacer”.
Muchas de las cosas que me puedo desear no son buenas para mi, por ejemplo me puede desear hacer el trabajo el último día antes de entregarlo cosa de que el tiempo invertido lo ocupe en otras actividades o hobbies, pero aunque me guste la idea en primera instancia, hacer el trabajo a ultima hora, no es bueno, consecuencia inmediata de ello, puede ser, estrés, que quede incompleto el trabajo o que no tenga tiempo para estudiar para otra actividad, todo por un momento de desear hacer el trabajo a última hora.
A pesar de todo lo dicho anteriormente, hay cosas deseables que hechas de forma controlada, con la cabeza, no tienen porque ser malas, y muchas veces es bueno darse un pequeño placer o capricho.
Uno de los pensamientos que más me han hecho reflexionar es el que hace referencia al hecho de que “todo lo que salga mal es por nosotros mismos y se podía haber evitado”.
Esto aunque en momentos puede ser cierto, también es cierto que vivimos con los demás, vivimos en sociedad, en contacto unos con otros, por ello muchas situaciones nos son impuestas sin que podamos hacer nada inmediato para solucionarlo, por ejemplo, puedo estar en contra de la guerra, pero mis representantes elegidos democráticamente pueden pensar lo contrario y puede ocurrir que me vea inmersa en una guerra que no es la mía, que no apruebo, y cuyas consecuencias son nefastas para todos, incluido yo mismo.
Eso hace pensar que no todo lo que salga mal es por nosotros mismos. Solo son por nosotros mismos aquellas cosas que dependen directamente de mí, en las que la acción la efectúo yo, sin intermediarios que dificulten o cambien el sentido de mis actos.
Este pensamiento de que si algo sale mal es por nosotros y se podía haber evitado, va unido para mí al de actuar en consecuencia con nuestra libertad.
Una vez que uno comprende que es libre para elegir, que nadie le pone una pistola en el pecho para actuar, que todas las decisiones que tomamos las tomamos individualmente, sin echar a nadie la culpa de ellas, que tenemos libertad a la hora de ejercer nuestra opinión y que los aciertos o errores son solo consecuencia de nosotros mismos, en ese momento es cuando las cosas pueden cambiar, se puede evitar el que salgan mal, y en el caso de que así sucediera, siempre se puede retroceder, dar marcha atrás, pedir perdón, reconocer el error y volver al camino de uno mismo.
En la vida uno toma constantemente decisiones, muchas veces, la mayoría, equivocadas, porque el hombre aprende de los errores, y pensar que el hombre no es capaz de equivocarse es un error. Nadie es perfecto, nadie está en posesión de toda la verdad, cada uno tiene y va haciéndose su propia verdad y su propio camino.
Ciertamente, las decisiones que uno toma en la vida traen consigo consecuencias, y esas son las que uno paga, las que uno tiene que vivir, las consecuencias de nuestros propios actos, de nuestras propias decisiones.
Por otra parte me gustaría reflexionar sobre el hecho de ser humanos y la capacidad y necesidad de relación que tenemos.
Si el hombre en general, todos y cada uno en particular, fuera capaz de dar valor al ser humano como tal y no se reprochara de él para beneficio propio, el mundo en el que viviríamos seria diferente, nos regiríamos por el respeto, el derecho a la libertad, a la solidaridad, a la igualdad, nadie seria más ni menos que nadie, todos tendríamos las mismas oportunidades, todos seriamos aceptados tal como somos con nuestras limitaciones. No habría lugar a la manipulación, al abuso, a la imposición, al dominio de unos sobre otros.
Lo ideal seria vivir en un mundo en el que la ética no fuera una asignatura sino un quehacer diario, algo que se aprende desde el mismo momento del nacimiento, que crece con nosotros mismos y que nos enseña otra forma de ser y de actuar. No debe ser algo relegado a la iglesia o a la filosofía porque es parte de la vida, del día a día de cada uno.
Por ultimo quiero decir que si todo lo anteriormente dicho se cumpliese por cada uno de nosotros, nos sería mucho más fácil conseguir esa buena vida de la que se habla en el libro y que todos deseamos tener. Pero pienso personalmente que esto es difícil porque el ser humano es egoísta por naturaleza y al tener la libertad de elección, tendemos a actuar en beneficio propio.
Yo personalmente, como ya he dicho, no me había planteado nada de esto con anterioridad, o al menos no había pensado que buena vida quería y el modo de conseguirla, por tanto pienso que la lectura de este libro seria beneficiosa para muchas más personas.

  • Alumna: María Elena Herrera Pedraza

Este libro me ha hecho colocarme desde otra parada en mi forma de pensar y actuar.
Nunca con anterioridad me planteé si lo que hacia, realmente tenía que ver con lo que yo quería, o por caprichos, deseos o necesidades.
No me planteaba si mis decisiones eran egoístas, si realmente hacia lo que quería, lo que debía, y si ello era bueno para mí.
Pero después de semejante lío, he llegado a la conclusión de que lo más importante es ser tu mismo, tener tu propio código moral y ético, comportarme y actuar de manera que lo que haga lo considere bueno para mí, siempre que con mis actuaciones no dañe a nadie de alrededor. Porque sé que nunca puedo hacer las cosas por lo que los demás quieran, ya que ellos no son yo, y lo que seria bueno para ellos, no tiene porque serlo para mi.
Creo que lo mas importante es respetar a los demás, no imponer lo que a mi me parece, pero sí defender lo que yo creo, sin imponerme a nadie, con respeto.
La libertad, la capacidad de elegir, el libre albedrío, es lo que diferencia al hombre de los animales, pero esa libertad nunca puede estar basada en la anulación de los demás, la muerte, el poco respeto al medio en que vivo, en el terror, la injusticia, la soledad, entre otros
Los valores deben ser otros, a transmitir y preservar, la solidaridad, la cooperación, la ayuda, la perseverancia, la constancia, las ganas de luchar por lo justo.
Otra de las ideas que me surgió mientras leía el libro es la referente al pensamiento de los gustos o deseos, “No todo lo que gusta es lo que hay que hacer”.
Muchas de las cosas que me pueden apetecer no son buenas para mi.
Por ejemplo me puede gustar pegarme un gran atracón de comida, de dulces, pero aunque me apetezca, el atracón, no es bueno, consecuencia inmediata de ello, puede ser, malestar en el estomago o subida de peso, todo por un momento de apetencia.
Otro tipo de apetencias, pueden ser en un momento de rabia, huir, salir corriendo. Consecuencia de ello es un problema mayor que el que se intentaba evitar o esquivar. Nunca la huida ha solucionado nada en la vida, solo el enfrentarnos a las cosas trae como consecuencia la solución de ella.
A pesar de todo lo dicho anteriormente, hay cosas apetecibles que hechas de forma controlada, con cabeza, no tienen porque ser malas, y muchas veces es bueno darse un pequeño placer o capricho.

Uno de los pensamientos que más me han hecho reflexionar es el que hace referencia al hecho de que “todo lo que salga mal es por nosotros mismos y se podía haber evitado”.
Esto aunque en momentos puede ser cierto, también es cierto que vivimos con los demás, vivimos en sociedad, en contacto unos con otros, por ello muchas situaciones nos son impuestas sin que podamos hacer nada inmediato para solucionarlo.
Por ejemplo, puedo estar en contra de la guerra, pero mis representantes elegidos democráticamente pueden pensar lo contrario y puede ocurrir que me vea inmersa en una guerra que no es la mía, que no apruebo, y cuyas consecuencias son nefastas para todos, incluida yo misma.
Eso hace pensar que no todo lo que salga mal es por nosotros mismos. Solo son por nosotros mismos aquellas cosas que dependen directamente de mí, en las que la acción la efectúo yo, sin intermediarios que dificulten o cambien el sentido de mis actos.

Este pensamiento de que si algo sale mal es por nosotros y se podía haber evitado, va unido para mí al de actuar en consecuencia con nuestra libertad.
Una vez que uno comprende que es libre para elegir, que nadie le pone una pistola en el pecho para actuar, que todas las decisiones que tomamos las tomamos individualmente, sin echar a nadie la culpa de ellas, que tenemos libre albedrío a la hora de ejercer nuestra opinión y que los aciertos o errores son solo consecuencia de nosotros mismos, en ese momento es cuando las cosas pueden cambiar, se puede evitar el que salgan mal, y en el caso de que así sucediera, siempre se puede retroceder, dar marcha atrás, pedir perdón, reconocer el error y volver al camino de uno mismo.
En la vida uno toma constantemente decisiones, muchas veces, la mayoría, equivocadas, porque el hombre aprende de los errores, y pensar que el hombre no es capaz de equivocarse es un error.
Nadie es perfecto, nadie está en posesión de toda la verdad, cada uno tiene y va haciéndose su propia verdad y su propio camino.
Ciertamente, las decisiones que uno toma en la vida traen consigo consecuencias, y esas son las que uno paga, las que uno tiene que vivir, las consecuencias de nuestros propios actos, de nuestras propias decisiones.

Por otra parte me gustaría reflexionar sobre el hecho de ser humanos y la capacidad y necesidad de relación que tenemos.
Si el hombre en general, todos y cada uno en particular, fuera capaz de dar valor al ser humano como tal y no se reprochara de él para beneficio propio, el mundo en el que viviríamos seria diferente, nos regiríamos por el respeto, el derecho a la libertad, a la solidaridad, a la igualdad, nadie seria más ni menos que nadie, todos tendríamos las mismas oportunidades, todos seriamos aceptados tal como somos con nuestras limitaciones. No habría lugar a la manipulación, al abuso, a la imposición, al dominio de unos sobre otros.
Lo ideal seria vivir en un mundo en el que la ética no fuera una asignatura sino un quehacer diario, algo que se aprende desde el mismo momento del nacimiento, que crece con nosotros mismos y que nos enseña otra forma de ser y de actuar. No debe ser algo relegado a la iglesia o a la filosofía porque es parte de la vida, del día a día de cada uno.

Por ultimo quiero decir que si todo lo anteriormente dicho se cumpliese por cada uno de nosotros, nos sería mucho mas fácil conseguir esa buena vida de la que se habla en el libro y que todos deseamos tener. Pero pienso personalmente que esto es difícil porque el ser humano es egoísta por naturaleza y al tener la libertad de elección, tendemos a actuar en beneficio propio.

  • Maite Hernández Serey.

Ética para Amador es un ensayo en el que el propio autor es el que le habla a su hijo fundamentalmente del tema de la ética, de cómo se puede llevar una vida más o menos aconsejable, de saber cómo responder ante los diversos obstáculos o problemas que se presentan en las vidas de los seres humanos. Yo diría que el libro tiene dos temas fundamentales que son la libertad de la que se dedica a reflexionar durante la mayor parte del libro y La buena vida, todo va encaminado a conseguir darse la buena vida, es decir conseguir vivir lo mejor posible. Otros temas se encaminan hacia estos dos temas fundamentales.

En un principio comienza hablado de que la ética es el saber mas necesario del hombre y muestra las dificultad que plantea. Hace referencia sobre los bueno y lo malo que tiene relación con la ética y con el vivir bien. También se nos plantea la diferencia entre el hombre y el resto de seres vivos. La principal diferencia, a parte de que los hombres podemos razonar y el resto no, es que el hombre posee libertad, tiene capacidad para elegir qué hacer, qué comer, con quién estar, cómo comportarse, etc, mientras que los animales no tienen elección, pues sus actos están dictados por la Naturaleza, es decir, los animales actúan haciendo caso y siguiendo a sus instintos.

Por ello, ya que el hombre tiene el privilegio de poder elegir qué hacer en su vida, es recomendable que desde pequeño, sepa ciertos conocimientos que le serán imprescindibles para llevar una buena vida. Debe saber que hay cosas que le convienen y otras que no, que hay cosas buenas y cosas malas. De todo esto se le debe hablar y se le debe enseñar para que aprenda a diferenciarlo.

Pero claro, a medida que el hombre va creciendo y desarrollándose habrá ocasiones en las que aún sabiendo que algo no le conviene, lo hace. Es decir, comete errores conscientemente.

Un ejemplo en nuestra sociedad actual es el tema de las drogas. Aunque desde el principio cuando una persona consume drogas sabe que no son convenientes, que en realidad les perjudica en su salud, en su comportamiento etc y acaba consumiéndolas, es porque le ha vencido otro pensamiento, el de que son convenientes porque dan satisfacciones, hacen pasar buenos ratos, hacen que se olviden los problemas,

En estas situaciones es cuando al hombre se le plantea el problema de la libertad, de elegir entre tomar o no tomar drogas sabiendo que son perjudiciales o tomarlas o no tomarlas por el simple hecho de tener un momento de felicidad.

Para que sepamos diferenciar entre lo bueno y lo malo, entre lo que nos conviene y lo que no nos conviene y para que no nos equivoquemos demasiadas veces en las elecciones que tengamos que hacer en nuestra vida, está la ética.

En nuestra vida cotidiana, habitualmente tenemos que elegir, porque continuamente estamos moviéndonos, hablando, haciendo, es decir, nos vemos obligados a tomar decisiones. Cada uno de nuestros actos los hacemos por diferentes motivos. A diario, normalmente hacemos casi las mismas cosas, se dice que las hacemos por rutina o costumbre. También hacemos cosas porque nos las mandan, por obligación, bien nuestros padres, profesores, superiores, etc; o bien hacemos cosas porque nos apetece, por capricho.

Cada vez que tengamos que tomar una decisión, ya sea para hacer o decir algo, por costumbre, obligación o capricho, debemos pensar dos veces lo que vamos a decir o hacer, porque además, no siempre cada uno de estos motivos tiene el mismo peso en la decisión que tomamos. No es lo mismo tomar una decisión porque te obligan, a tomar una decisión porque te da la gana. En estas situaciones, debemos plantearnos si estamos de acuerdo con lo que nos mandan, si nosotros lo consideramos bueno o conveniente o si nos obligan a hacer algo con lo que no estamos de acuerdo y nos parece malo. Aquí se nos vuelve a presentar la libertad: elegir entre lo que me mandan aunque me parezca poco conveniente o elegir lo que verdaderamente yo pienso y me parece bueno. Y cuando actuamos porque nos apetece, debemos reflexionar y valorar el perjuicio que puede ocasionar mi acción con mi propio beneficio.

Hay veces en que nos volvemos demasiado egoístas y no vemos más allá de nuestras narices.

Nos encabezamos o encaprichamos en conseguir nuestro propio beneficio y la mayor satisfacción personal para nosotros, sin pararnos a pensar en las demás personas. Sin plantearnos si los métodos que he utilizado para beneficiarme a mí, han podido perjudicar a las demás personas de mí alrededor. Por eso debemos ser conscientes de que nuestras acciones también pueden repercutir a las personas que nos rodean y que queriendo o sin querer les pueden afectar positiva o negativamente. De ahí el refrán No quieras para los demás lo que no quieras para ti. Por ello, debemos ser responsables de nuestros actos y saber cuando hemos obrado bien o mal, para que en el caso de haber obrado mal, ser maduro y hacerse responsable de las consecuencias o perjuicios

que hayas podido ocasionar con tus acciones; pero como no siempre resulta fácil saber si se ha obrado bien o mal, una forma de saberlo, es haciendo caso ha nuestra conciencia, esto funcionará si la persona es buena y está acostumbrado a actuar de buena fe a lo con contrario de la persona que suele ser mala que es muy difícil que su conciencia le diga algo. Si se nos remuerde la conciencia, eso querrá decir que no hemos obrado como debíamos y que no nos sentiremos a gusto con nosotros mismos, ya que somos conscientes de que hemos hecho algo mal y consecuentemente deberemos intentar poner una solución al problema que hemos ocasionado.

Estos remordimientos aparecen porque tenemos libertad. Si no pudiéramos decidir entre unas cosas u otras, y sólo pudiéramos elegir entre una cosa, no nos podríamos sentir culpables, pues no teníamos o contábamos con otra opción para actuar de otra forma.

Otra cuestión que plantea el libro es que nos anima a hacer lo que queramos, pero siempre sin dejar de pensar en las consecuencias de nuestras decisiones. Este hacer lo que quieras nos ayudaría a llevar una buena vida, pero como somos personas y tenemos libertad y capacidad para elegir, debemos tener una visión de futuro (aunque sepamos que antes o después vamos a morir), y saber que hacer lo que en un determinado momento nos apetece (que nos llevaría a hacer lo que quisiésemos), en un futuro, nos puede llevar a un arrepentimiento, por no haber pensado bien lo que íbamos a hacer.

Se distinguen varios tipos de imbéciles el primero es el que no quiere hacer nada y le da igual todo; otro tipo de imbécil es el caprichoso digamos, el que cree que lo quiere todo como dice el refrán el que quiere estar en misa y replicando; otro caso es el que no sabe lo que quiere, el conformista. También está el imbécil el que sabe lo que quiere pero lo deja para otro momento y el último tipo que nos presenta el imbécil que se engaña a sí mismo de lo que quiere. Todos estos tipos necesita un bastón es decir que necesitan de cosas exteriores que no tienen que ver con la libertad estas personas suelen fastidiarse a sí mismo. Lo contrario de la imbecilidad es tener conciencia la conciencia. La conciencia tiene diferentes rasgos que se pueden clasificar en saber que no todo da igual; en estar dispuestos a fijarnos en que lo que hacemos es lo que queremos verdaderamente; ir desarrollando el buen gusto moral; renunciar a buscar coartadas que disimulen que somos libres.

No debemos pensar a nosotros mismos y no se preocupa por los demás hasta el punto de fastidiarles

tranquilamente mientras se obtenga un beneficio propio. Otro punto que ayuda a llevar una buena vida son los placeres, entendiendo como placer aquello que nos proporciona una satisfacción y felicidad más o menos especial. Aunque todos los placeres de la vida son buenos, siempre y cuando no se abuse de ellos, debemos ser conscientes de que unos nos convienen más que otros.

Cuando se abusa de algún placer, lo que ocurre es que este abuso empobrece y simplifica nuestra vida porque acabamos estando tan obsesionados con ese placer en particular, que ya no nos interesa nada más, ni relacionarnos con otras personas, ni con cosas, ni nada, nuestra vida se centra en conseguir ese placer, entonces ese placer acaba siendo un vicio.

A partir de ahí es cuando nos debemos dar cuenta y poner remedio, debemos ser conscientes de que no podemos seguir así, centrados en algo que nos obliga a dejar de relacionarnos y aislarnos de los demás. A consecuencia de llegar hasta este punto, algunas personas son partidarias de las prohibiciones. Pero éstas no son necesarias porque ya que tenemos libertad debemos saber usarla y decidir cuando parar o cuando seguir. Además lo de poner prohibiciones a veces no resulta como esas personas esperan. Hay ocasiones en que se obtienen las respuestas contrarias a las esperadas, ya que lo que consiguen es que aunque sólo sea por rebeldía, haya personas que basta que se les prohíba algo, para que lo hagan de mala fe y con mala conciencia.

Por último se nos aclara todo sobre la ética nos dice que sirve para intentar mejorarse a uno mismo y nos dice que es el arte de elegir lo que más nos conviene y vivir lo mejor posible aquí se relaciona la ética con la política.

Sobre la política nos dice que es el arte de organizar lo mejor posible la convivencia social.

También se diferencia entre la política y la ética; la ética se ocupa de lo que uno mismo hace con su libertad y para la política lo que cuentan son los resultados de las acciones.

Un detalle que no se puede pasar por alto es que la ética no puede esperar a la política porque nadie puede llevar una vida buena en una situación política injusta por ejemplo nadie puede ser feliz si en su situación hay racismo, nacionalismo; es decir ideales que discriminan al hombre, ideologías fanáticas.

El libro se divide en un prólogo en el que se hace una introducción del libro. Nueve capítulos en los que se desarrolla todos los conceptos del libro (siempre dirigiéndose a Amador); un epílogo en el que se dirige ya los propios lectores y un apéndice en el que se hace referencia al nuevo milenio.

Yo lo dividiría solo en el prólogo y tres capítulos que hable de la libertad, el vivir bien y la definición o conclusión sobre la ética.

Ética para amador es un libro con pocos personajes básicamente intervienen dos personajes: el propio autor, que es el padre, narrador y protagonista directo del libro. Sabe mucho sobre ética y sobre como aconsejar ante situaciones de la vida. También se puede considerar como personaje indirecto, Amador, el hijo del narrador y a quien va dirigido el libro.

El libro particularmente me ha gustado mucho porque ha sido muy interesante ya que me ha servido para aclarar algunas ideas sobre la libertad; la capacidad de elegir y decidir nuestra propia libertad; de cómo tratar a las personas, de asumir las responsabilidades ante la toma de decisiones. Los temas que se han tratado en el libro son bastantes actuales.

  • Maríajose Cos B.



Creo que como seres humanos estamos rodeados de una infinidad de conocimientos que podemos o no integrar a nuestras vidas a voluntad si así lo queremos, pero también creo, que hacemos estos conocimientos parte de nuestras vidas en la medida que nos sean útiles para vivir. De modo que pienso que se genera una mezcla entre la voluntad y la necesidad para adquirir conocimientos.

Es cierto que todos poseemos la capacidad de discernir entre lo que nos conviene y lo que no nos conviene, así como lo malo de lo bueno, pero el saber esto, no siempre nos permite hacer lo que es conveniente para nosotros, porque creo que muchas veces estamos enfrentados a diferentes realidades y a otras conveniencias que los demás tienen y mas de alguna vez lo que para nosotros resulta conveniente para los demás puede ser perjudicial. Por lo tanto, creo que antes de de realizar una determinada acción por muy benéfica que nos parezca para nosotros mismos, debemos tener conciencia de la repercusión que esta acción tiene sobre los demás.

El autor además nos habla de la capacidad que tenemos de hacer algo porque así lo preferimos y nos conviene, menciona la libertad, pero también de los límites que posee ésta para nosotros. Podemos decidir entre una infinidad de cosas, pero aun así existen otras contras las que no podemos luchar, que se encuentran fuera de nuestro alcance, como la muerte. Si bien es cierto lo que dice, también creo que como seres humanos poseemos plena conciencia y libertad de actuar frente a una determinada situación del modo que mas estime conveniente, pero como menciona el autor soy una de esas personas que más conoce sobre sus limitantes que su propia libertad. Es así como finalmente resume la libertad con el fin de responder por nuestros actos y la libertad obtenida mediante nuestra capacidad de acción, no dejando de lado lo importante que es generar una reflexión, plantearse las cosas desde el propio interior, sin influencias externas por muy fuertes que están sean o por lo menos que parezcan ser de lo que se va a hacer, es fundamental el pensar dos veces las cosas antes de realizarlas, concuerdo con que la libertad es la capacidad de elegir frente a determinada acción y que esta elección debe ser valorada y tomada con responsabilidad, es decir hacernos cargo de nuestras acciones y consecuencias, por lo que muchas veces tendremos que dejar de lado nuestras costumbres, caprichos, etc, ya que muchas ocasiones no es del todo conveniente guiarse por estos, es por esto la necesidad de cuestionarse.

A pesar de esto, creo en la importancia de actuar con libertad, asumiendo los errores, pues todo acto tiene una consecuencia que tarde o temprano se develará en nuestras vidas. En general en mi vida, trato de pensar bien antes de actuar, considerando todas las posibles consecuencias que pueden surgir, pero también debo confesar que existen momentos en que tomo decisiones que no son del todo reflexivas y que tendrían más bien un carácter de capricho, por no llamarlo impulsivo. Creo es el reflexionar antes de actuar es un proceso, posiblemente de maduración, en donde ha medida que voy adquiriendo mayores responsabilidades y que más personas me rodean y de cierta manera confían en mi este hecho reflexivo se hace más evidente.
Estoy de acuerdo que el tener las cosas claras de lo que queremos y por ende para donde nos dirigimos es de suma importancia, ya que el saber con certeza nuestros objetivos, podemos priorizar lo que queremos. Esto juega un papel fundamental a la hora de tomar decisiones, porque el tener esta base que nos sustenta firme, nos hace concentrarnos en lo que realmente queremos para nosotros y desechar lo que no.

Para finalizar, concuerdo con el autor, al decir que muchas veces las cosas materiales, el querer cosas nos sobrepasan y nos sobrepasan de tal manera que olvidamos lo especial que es la vida y el verdadero significado de “darnos la buena vida”. Debemos tener presente que las personas, y sobre todo nuestros seres queridos, merecen ser valorados y respetados. Nuestra obligación en la vida es no cojear del ánimo y tener un espíritu fuerte, el tener querer algo más y no que todo nos de igual, tener conocimiento de lo que queremos y luchar por eso, no dejarlo para mañana, pero tampoco quererlo todo.

  • Nicole Guerra Díaz


Los seres humanos vamos por la vida caminando día a día hacia el encuentro del futuro, haciendo, construyendo, destruyendo, descartando o aprobando cosas que para la mayoría son cotidianas, pero no vamos pensando en si es lo mejor, o simplemente "por que quiero esto y no esto otro".
La mayor parte del tiempo estamos centrados o mas bien cegados en lo que nos hemos propuesto o en lo que "debemos" realizar y no analizamos si es que queremos o nos gusta o no lo que hacemos.
La
ética, mas allá de códigos o normas que pueden regir nuestra conducta y forma de actuar, es mas bien un saber vivir o mejor dicho un "vivir bien", que consiste en como podemos tomar conciencia real de lo que hacemos, por que, para que y si daña o no al otro.
La realidad de la vida nos indica que no tenemos conciencia alguna de lo que es vivir bien.
En primer lugar debemos preguntarnos ¿Cómo se puede vivir bien? De esta, aparentemente, simple pregunta se desprende la esencia de la ética y de lo que debería ser el motor de nuestros actos: "La libertad".
La libertad significa tener la capacidad de poder decidir que es lo que quiero o no hacer con mi propia existencia, si hago esto o lo otro, si compro o no, etc. Significa poder responder a los que nos sucede de tal o cual forma.
La libertad es nuestra
fuerza en el mundo, es lo que lo mueve y, a la vez o como consecuencia, a nosotros.
Pero esta libertad implica una serie de ámbitos que también debemos tener claros y lo más importante de estos es: "La responsabilidad", esto significa que se debe tener la conciencia de que nuestros actos colectivos o propios deben tener la cuota de respeto que se merecen los demás para así no dañarlos.
La responsabilidad es el saber y responder frente a la consecuencia de sus actos, ya sean buenas o malas, esto significa enfrentar las situaciones que se presenten
como consecuencias de nuestros actos, enmendar los errores y aprovechar los beneficios del estos actos.

  • Paulina Arancibia Portales.

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