I. Introducción


La ética no es el conjunto de normas, ni tratados, ni leyes que obligatoriamente debamos acatar y cumplir, sino que ética es una orientación armónica que nos va a ayudar a vivir la vida. A lo largo de nuestra existencia vamos obteniendo enseñanzas y lecciones sobre vivencias anteriores, estas enseñanzas nos van a influenciar en la visión y actuación que ante los hechos cotidianos y ante la muerte tengamos, nos va a ayudar a adoptar una estrategia ante la muerte, nos va a ayudar a penar alegremente por la vida. Nuestras acciones en la vida van a ser influenciadas por la ética. Ética así pues seria el estudio y reflexión de vivencias pasadas que nos marcan, así mismo la ética establece una conducta a seguir ante los hechos que cotidianamente se presentan.

Es así, como los avances que ha desarrollado la humanidad en materia de ciencia, tecnología, tratamientos médicos y genéticos, durante las últimas dos décadas del siglo pasado y el presente siglo, han abierto una brecha entre los valores éticos, legales, humanos y la misma evolución de la humanidad.

Dentro de este juego de poder, el profesional de enfermería no está exento de esta situación, ya que somos las personas que permanecemos directamente en contacto con el usuario y sus necesidades reales y potenciales.

Así mismo, el profesional de enfermería forma parte del equipo de investigación, de docencia y de administración, lo cual hace del avance regulado de la ciencia, su compromiso con la humanidad, con la vida, con el medio ambiente, es decir, con todo.

En la actualidad resulta de vital importancia considerar el comportamiento humano desde la perspectiva ética.

Pero también es preciso imponer siempre un límite a la actuación y decisiones de enfermería en su interactuación con el usuario y este límite implica el respeto a la libre decisión del paciente, a la expresión de su personalidad en todos sus aspectos así como ser humano y espiritual, respetando su autonomía y sus derechos, y poniéndole especial énfasis en otorgarle una atención de calidad y excelencia.

Pues en una relación clínica el enfermo o persona sana no es objeto de esa relación, sino es sujeto de esa relación.

Por lo tanto no debemos olvidar que la enfermera /o es una proveedora de cuidados de un paciente, de la familia, de la comunidad, considerando al hombre como un ser humanizado, holístico, al que con nuestros conocimientos, técnicas y relación interpersonal ayudaremos a desarrollar condiciones de vida saludable.

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